Del estreno sí se habla.
Turandot venía a salvar el año operísticamente hablando, ya que una ópera repuesta a comienzo de año, una opereta en coproducción con una compañía privada y un estreno, como que no es mucha cosa para un Teatro que pretende (o pretendía al menos hace un par de años) ser uno de los más importantes del Cono Sur.
Título importante, que requiere un elenco de primer nivel (bueno, toda ópera requiere uno de primer nivel, el tema es que para Turandot se necesitan un tipo especial de cantantes que no se consiguen fácilmente), y una puesta en escena que uno diga "Guau".
¿Se consiguió en ésta versión?
Vamos al elenco:
Turandot, rol ingrato si los hay para las sopranos, fue interpretado por la siempre solvente Patricia Gutierrez. Llevó adelante el rol, si bien le faltó profundidad interpretativa, lo suplió con una buena actuación. La dicción se vió mermada en pos de la música, pero en general tuvo un muy buen desempeño.
Calaf lo cantó José "Peppo" Azócar. Decíamos después de escucharlo en Trovatore que si estaba en buenas condiciones, iba a cubrir muy bien el rol. Su canto fue arrojado, dio todo, se permitió tratar de hacer algunas sutilezas que más o menos le salieron bien, la zona aguda sonaba un poco sucia, extrañándose más punta, más brillo, pero la voz (salvo en algún que otro pasaje) siempre estuvo por encima de la orquesta. Muy bien Azócar, tal vez le falta el peso en la actuación que, por ejemplo, tiene Volonté, pero lo suple en parte con el canto que, por ejemplo, a Volonté le falta.
A la señora que casi gritando (bueno, no tanto) le dijo a su pareja/marido/lo que fuere en la mitad del "Nessun dorma": ésta parte la conozco, y a la que le dirigí una fulminante mirada que la obligó a cerrar la boca le digo: la odio. Sí, comprendió muy bien mi mirada, LA DETESTO PROFUNDAMENTE. Pero no deje de asistir al teatro por ello. Besos.
Graciela Gyndelfeldt se encargó de Liù, realizando una muy buena labor, si bien los agudos sonaban con un vibrato molesto y, por ejemplo, en el "m`hai sorriso", que uno está mal acostumbrado en escuchar apianado, lo ataca mal, suena fijo un segundo, luego coloca la voz y el vibrato, el vibrato. Pero salvo esto, muy bello timbre, muy bien actuado, muy bien, muy bien.
Barrile fue seleccionado para el Timur y le falta peso en la voz para transmitir al 100 por 100 el personaje. No digo que lo haga mal, pero la voz no tiene peso dramático. Se extrañó a Ernesto Ramos en este rol.
Ping, Pong y Pang, interpretados por Norberto Marcos, Hernán Sanchez y Gabriel Renaud fueron lo mejor de la obra. Coordinados, histriónicos, muy bien cantado, excelentes. Nada más.
Oscar Grassi fue un Emperador viejo que yo me pregunto si hacía falta traer uno de Baires para que cante de esa forma. Misma salvedad que con Barrile: no digo que lo haga mal, pero podrían haber puesto a uno local.
Como Mandarín, Vicente Romero. Esperaba algo mejor, de tanto que me hablaron de él. Cumplió con su rol y listo.
Excelente el Coro de Niños Cantores en su breve intervención.
El Coro Polifónico de Córdoba cada vez mejor. Más volumen, más dúctil, más homogéneo. Galvez, te queremos.
Muy buen trabajo de la Orquesta Sinfónica de Córdoba. Algunos desajustes en particular, pero un buen rendimiento. Ávila Arzuza acompaña a los cantantes y a la vez tiene protagonismo en la obra.
La puesta:
Se apoyó en un excelente vestuario (más allá de los vestidos de fiesta de las mujeres que tratan de seducir a Calaf... o sea... bellísimas las chicas, si yo fuera Calaf digo chau Turandot y vengan chicas... pero si el libreto te dice que vienen envuetas en velos... y bueno... ponele velos).
La escenografía parca como en otras oportunidades, pero funcional. Me imagino que para las personas que podían ver las proyecciones en el telón de fondo debe de haber sido mucho mejor que para mi, simple mortal en tertulia.
Excelentes las marcaciones para actuar, el juego con el pueblo, Pu Tin Pao y su espada, la cabeza cortada.
Muy buena la iluminación.
Muy buen programa de mano. ¡Al fin lo han hecho bien!
Hablando de iluminación y de programa: ya pudre el ver el chistecito de "Juan Bautista Mestre" en la biografía de Francisco Sarmiento. O sea, ya todos sabemos que Sarmiento es parte del inventario del teatro, pero el mismo chiste una y otra vez, cansa. Insisto, todos sabemos que Sarmiento defiende a capa y espada el teatro, como cuando dijo que si La Barra tocaba en el Libertador él iba a renunciar y... y ahí está, con el mismo chiste de "Juan Bautista Mestre" en su biografía en el programa de mano.
No estoy de acuerdo para nada con que el regiseur y el escenógrafo vestuarista salgan a saludar al último, como si fueran lo más importante de la obra. Al último tiene que ir el Director de la Orquesta, qué joder.
Directivo XX (ó XY)- Ahh, y vos que te quejabas tanto.
Alguien cualquiera- Y lo sigo haciendo. Que esta Turandot haya salido muy buena no significa que yo tenga que cambiar mi postura, en cuanto a que hay que darles oportunidades a los cantantes líricos locales, dejarse de puestas faraónicas y bajar los precios de las entradas. En otras palabras, muy buena la Turandot, "eppur si muove".
Saludos.