lunes, 25 de febrero de 2008

* Darío Volonté en el Libertador: Puro Carisma.

Se presentó finalmente Darío Volonté en Córdoba (21 de diciembre de 2007) junto a la mezzosoprano Vera Cirkovic, el Coro Polifónico y la Orquesta Sinfónica de Córdoba, dirigidos por Hadrián Ávila Arzuza.

Al ser presentado el concierto como una Gala Lírica de cierre de "temporada" del Teatro del Libertador, uno no puede más que preguntarse ¿hubo "Temporada" en el Teatro del Libertador?

Yo diría que no. Un trabajo a los ponchazos, falto de ideas, sin una programación estable prevista con anticipación (la que requiere una Temporada: al menos ser anunciada el año anterior).

Esta Gala convocó (como en el 2005 para abrir aquella "temporada") a Darío Volonté, un tenor que atrae al público. Tal vez por eso a las brillantes autoridades del Teatro se les ocurrió DUPLICAR el valor de las entradas, algo que critico desde siempre, ya que creo que el Estado no debe tratar de lucrar con este tipo de espectáculos sino que hasta debe ir "a pérdida" (económica), ya que invertir en Arte, en elevar la calidad cultural de un lugar, nunca puede llevar a pérdidas (sociales, culturales)...

En fin, a lo presenciado:

Un teatro al 80 %, con un público ansioso de escuchar al tenor de Buenos Aires, al que quieren casi como si fuera cordobés (me adhiero). Me atrevería a decir que es más conocido en Córdoba que el propio Marcelo Álvarez...

Volonté comenzó su participación con Dio mi potevi scagliar... (sí, leyeron bien): su interpretación me hizo recordar lo que decía Miguel DV en el Foro de HispaÓpera hace un tiempo "Otello se nace, no se hace". Tapado por la orquesta, estirando las notas para lograr fuerza, sin expresividad, sin la voz que hace falta para cantar Otello... muy mal comienzo, aplaudido a rabiar por la gente.

Su segunda intervención fue en el Dúo de Adalgisa y Pollione de Norma, en el que nuevamente trató de realizar una interpretación "a lo león", pero quedó tapado por la orquesta y su pareja, con evidentes problemas en el registro alto que lamentablemente ya no es lo que era en su comienzo.

En la segunda parte de la Gala, se despachó un "De este apacible rincón de Madrid" que nos hizo rememorar al Volonté de los buenos tiempos al tener muy buenos momentos.

El dúo "lontano lontano" de Mefistofele fue cantado/hablado por Darío, salió bonito.

En su Nessun dorma, en el que puso todo, sólo diré que Marcelo Álvarez, con una voz a priori naturalmente menos apta para esta aria, le saca mucho más jugo que Darío esta noche, en la que se le notó descoordinado con respecto a la orquesta, con el vibrato feo que se le nota desde hace un tiempo al ir subiendo a las notas altas, que comprometen seriamente la afinación.

Una intrascendente Mattinata a dúo terminó el programa.

Como primer bis, la infaltable Aurora, de Héctor Panizza, pedida a los gritos por un público entusiasmadísimo. Digamos algo: a donde quiera que vaya Volonté en Argentina, no canta Aurora, lo linchan.

Complació a su público, con una breve introducción recordando las fiestas de fin de año, pidiendo al público que se uniera al cantar con él, por Argentina o algo similar.

El efecto fue tremendo: el Teatro cantando a la par de Darío, hizo subir aún más el entusiasmo y la emotividad del público, hasta que incluso una persona gritó "Viva la Patria!", al que le correspondió el "Viva" de gran parte del Teatro, al que luego siguió un "Viva la familia!", no tan correspondido. Esto ocurrió justo antes de que Volonté finalizara el aria de ópera convertida en canción patria, retomando con "...es la bandera, de la patria mía, del sol nacida, que me ha dado Dios". ¡Salió mejor que si hubiera estado preparado!

Luego, cantaron "noche de paz" junto al público, en la versión de un arreglo horrible que ni los cantantes sabían.

El coro tuvo una muy buena prestación en Pavana op. 50 de Fauré (su punto más alto), tal vez no con la suficiente fuerza en el coro de gitanos del Trovatore, muy bien en Nessun dorma, y horroroso en el Coro a bocca chiusa cantado a boca abierta sin homogeneidad, afinación, ni nada que pueda permitir decir que valía la pena incluirlo en el programa. Hasta llegué a extrañar la versión, inédita hasta entonces como lo manifestó MPM cuando le consulté, del coro a bocca chiusa de Buterfly cantado a media voz sólo por una soprano, en la puesta de Buterfly del 2005.

La orquesta sonó potente, expresiva, con algunos desajustes en algunas partes que ya ni recuerdo lamentablemente. Lo malo de tanta potencia y de que no estuviera en el foso sino en el mismo escenario, es que la voz de Volonté, una voz mediana, quedaba tapada, sobre todo en el repertorio dramático por él escogido.

Así terminó una noche emotiva para la mayoría del público, cuyo principal atractivo fue el carisma de Darío Volonté, al que espero ver en alguna puesta en escena y no nuevamente en un concierto (aunque si viene, iré, claro).


PD: Es de destacar el hecho de que funcionaba el aire acondicionado del Teatro, ya que hubiera sido insoportable el ambiente, con la calidez del público y los casi 38 grados que habían hecho esa tarde. Pero igual, falta programación... y sobre todo, ideas.

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